En casi cuatro meses desde que se detectó el primer caso de COVID-19, los nicaragüenses han sido testigos de entierros exprés en casi todo el territorio nacional. Esa fue la primera señal de alarma de la escalada de casos del nuevo coronavirus, mientras el Ministerio de Salud (Minsa) apenas contabilizaba 25 contagios a inicios de mayo.
Desde el 18 de marzo, cuando se conoció del primer caso, la población ha tenido que aprender a vivir con el coronavirus a ciegas, implementando sus propias medidas de prevención, ante la ausencia de una estrategia a nivel estatal. Estos son diez puntos representativos de cómo ha avanzado la pandemia en el país.
1- Cifras de casos y muertes
Nicaragua acumuló hasta este martes 7 de julio 2, 846 casos de COVID-19 y 91 muertes. La semana del 26 de mayo se dio el mayor incremento de casos reconocidos por el Ministerio de Salud (Minsa); fueron 480. Sin embargo, los números no convencen a los médicos que están en primera línea de atención y aseguran que existe un gran subregistro. El salubrista Alejandro Lagos ha advertido de transmisión en brotes familiares, hecho que ha logrado corroborar debido a las consultas en línea que brinda a la población.
Conocer cuántos contagios, cuántos muertos, en qué zona hay más contagios, cuál es el grupo de edad más afectado y sexo por la pandemia son interrogantes que no se pueden responder, debido a que el Minsa desde el inicio de los casos ha mantenido un informe a la medida del régimen orteguista, carente de información epidemiológica.
2- Pruebas
La noche del seis de abril el régimen orteguista recibió 26 mil pruebas donadas por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). En la región centroamericana se entregaron 182 mil, según informó el organismo multilateral. La llegada de estos insumos en un tiempo en el que todavía se registraban solo casos importados del nuevo coronavirus, llevaron a los médicos independientes a sugerir que se necesitaban utilizar las pruebas de forma masiva para ralentizar la curva de contagios. El régimen no solo calló sobre cómo utilizó esta donación, sino que no ha informado ni siquiera a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) cuántos test se han aplicado desde marzo.
En un documento que se filtró a mediados de abril, el Minsa indicaba que se realizarían 50 pruebas al día. Actualmente se conoció que han ampliado los criterios para que se apliquen las pruebas, pero aun no se sabe la cantidad de exámenes que realizan diario y el acumulado de estos.
3- El llamado de la OPS
Al inicio de la pandemia el acercamiento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) con el régimen orteguista era evidente; sin embargo, a medida que la emergencia sanitaria avanzaba, este organismo expresó su preocupación por la respuesta del gobierno ante la crisis. “Nos preocupa la falta de distanciamiento social, la convocatoria de reuniones masivas. Nos preocupan los exámenes, la trazabilidad de los contactos, y la notificación de casos. También nos preocupa lo que vemos como una prevención y control de infecciones inadecuados”, expresó Carissa Etienne, directora de OPS, el 7 de abril.
Hasta el momento, la OPS no ha sido informada sobre la cantidad de exámenes para identificar el SARS-CoV-2, que produce la COVID-19, que se han aplicado en el país. Asimismo, en la carta de respuesta a la misiva enviada por exministros de salud, en la que expresaban sus preocupaciones por el manejo de la pandemia por parte del gobierno a la OPS, esta respondió diciendo que mucha de la información que han solicitado se ha presentado de forma irregular. De hecho, la OPS ha calificado que Nicaragua mantiene transmisión comunitaria del virus, cuando el régimen sigue sin aceptar abiertamente esta etapa de la pandemia.
4- Nace Observatorio Ciudadano de Covid-19
Ante la falta de transparencia de las estadísticas de la COVID-19 por parte del Ministerio de Salud (Minsa), nació el Observatorio Ciudadano COVID-19, que se considera un “esfuerzo colaborativo de un equipo interdisciplinario con información proporcionada por organizaciones, redes y ciudadanía en general, que desea contribuir a llenar el vacío de información sobre la situación del COVID-19 en Nicaragua”.
El papel del Observatorio ha sido clave para tener cifras más cercanas al real impacto de la pandemia; sin embargo, los médicos siempre aseguran que persiste un subregistro de casos y muertes por el nuevo coronavirus. De acuerdo con estos datos, en el país se registra un acumulado 7,402 casos y 2,087 muertes sospechosas por COVID-19.
El gremio médico es uno de los más golpeados, según el Observatorio. Hasta el 1 de julio hay 691 trabajadores de la salud con sintomatología presuntiva de COVID-19 y se han reportado 87 muertes sospechosas.
5- Entierros exprés
A inicios de mayo los videos de hombres enfundados en trajes impermeables sujetando ataúdes a medianoche despertaron la alarma en el país. Los casos de COVID-19 empezaban a aumentar y las muertes también. Chinandega fue uno de los departamentos donde se vio por primera vez la puesta en práctica del protocolo creado por el Minsa para el manejo de decesos por efectos de la pandemia. Al inicio de la crisis, era el mismo Minsa el que se encargaba de enterrar a los fallecidos en lugares que ellos mismos disponían. No obstante, con el aumento de muertes, la orden fue que cada familiar debía hacerlo en el menor tiempo posible, sin derecho a velas, cultos o misas; y sin importar que fuese medianoche o durante la madrugada
Un nuevo entierro exprés y sin familiares en la colonia Gerardo Lindo, en Chinandega. O quizás sea en ÁMSTERDAM!!!#SOSNicaragua #URGENTE pic.twitter.com/LrwVYKkKiw
— HULERA CONTRA AK47 (@NICARAGUA2019) May 15, 2020
Varios de los familiares se despidieron de los suyos a varios metros de distancia por el temor a contagios. Muchos de los testimonios han señalado que no lograron ver a su ser querido en el ataúd, ya que los entregaban sellados. Aunque actualmente los entierros exprés no se registran con la misma frecuencia que en mayo, las familias siguen llorando a los suyos. El ritual es el mismo: llegan a traer el cuerpo a la morgue del hospital, fumigan el ataúd y directo al cementerio.
6- Neumonía atípica
Otra de las denuncias sobre la COVID-19 es que en varios de los casos en los que el Minsa orientó a sus familiares que los enterraran de inmediato, tenían una incongruencia en las constancias de defunción. Indicaban entre las causas de muertes neumonía atípica o grave, pero no COVID-19. Esto provocó que los familiares reclamaran a las autoridades de salud porque los obligaban a enterrarlos de inmediato, si ellos no habían muerto por el nuevo coronavirus según la documentación brindada. Hasta entonces, los mismos médicos, de forma verbal, les dijeron que dicho diagnóstico implicaba que la persona había muerto de COVID-19.
Médicos independientes señalaron después que el Minsa obligaba a los médicos a cambiar el diagnóstico de COVID-19 por otras enfermedades, entre estas, neumonía.
7- Un país sin estrategia:
El 15 de abril Daniel Ortega apareció, tras 34 días de ausencia. Las expectativas estaban concentradas en conocer la estrategia del país ante la emergencia sanitaria. En realidad, esto nunca pasó porque Ortega no presentó ningún plan para amortiguar el peso económico, social y de salud que ha implicado la llegada del coronavirus al país el 18 de marzo.
Hasta ahora el régimen orteguista ha realizado acciones dispersas en diversas vías, que a juicio de analistas, no ayudan a dar un respiro real a los nicaragüenses.Estas son algunas de las iniciativas:
- Reducción del tres por ciento de la tarifa energética y congelamiento por seis meses del deslizamiento de la moneda.
- Obtención de 14.2 millones de dólares, entre donación de Taiwán y redistribución de préstamo del BCIE.
- Compra de 70 ventiladores, 40 camas y 40 aparatos de ultrasonidos. El régimen aseguró que la compra de estos equipos médicos se hizo con fuentes del Tesoro a un proveedor local, pero no detalló el monto exacto de la adquisición. Estos fortalecerían las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
- Extensión de las vacaciones de Semana Santa e intersemestrales en el sistema de educación público. Insiste en mantener las clases abiertas.
- Desinfección de espacios públicos, como mercados y avenidas.
8- ¿En qué fase estamos?
Según la OPS Nicaragua está en una fase comunitaria. Esto significa que cualquier persona puede ser sospechosa de haberse contagiado con el nuevo coronavirus. Por ende, los médicos han demandado fortalecer las medidas de prevención para evitar más casos de COVID-19. No obstante, el gobierno nunca se ha pronunciado sobre la curva exponencial de contagios y más bien, antes de mayo, cuando los médicos ya advertían del inicio de la transmisión en la comunidad, el Minsa seguía afirmando que eran casos importados, y el discurso actual es que existen casos en brotes.
La única estimación que se conoce del Minsa es que en seis meses, a partir del primer caso, podían haber 813 muertos y 32, 500 afectados.
9- Falta de oxígeno, automedicación y atención en casas
La población ante la desconfianza de las autoridades sanitarias han optado por quedarse en casa, incluso, en casos, donde el paciente requiere de un tanque de oxígeno y conseguirlo se ha convertido en un desafío.
El médico Lagos ha explicado que esto ha dado un poco de desahogo a los hospitales, donde en meses anteriores, los familiares de pacientes, afirmaron que era difícil encontrar un espacio en UCI, inclusive, si era un centro privado. La población se queda en sus casas con tratamiento brindado por médicos de forma remota, pero hay casos en los que también se automedican.
10- Médicos desprotegidos
Las muertes de trabajadores de la salud en el contexto de la pandemia ha marcado el país. Las asociaciones médicas han demandado se garantice el equipo de protección a todos los sanitarios, a quienes el Minsa en tres meses les había entregado apenas dos mascarillas N95 a los médicos. Por esta misma razón, varios de ellos se vieron obligados a comprar sus equipos. Hasta ahora no hay un informe de muertes del sector salud, pero el Observatorio Ciudadano contabiliza cerca de 87 muertes de personal de la Salud.