Román “Chocolatito” González acumula casi 3 millones de dólares en sus peleas profesionales de boxeo. El cuatro veces campeón del mundo en distintos pesos ligeros, ha tenido una trayectoria brillante en el cuadrilátero.
De aquel joven que andaba de chinelas en el barrio San Judas de Managua solo quedan las sombras. Hubo un tiempo en que las peleas de Román paralizaban todo el país, la gente le apoyaba. Las personas gritaban de alegría por sus victorias, como también lloraron cuando perdió por nocaut el título supermosca con el tailandés Rungvisai. Los nicaragüenses se rendían ante la brillantez de González, porque además mantenía su “humildad” , a pesar de la gran fama y dinero que tenía.
Sin embargo, detrás de toda esa apariencia de “santidad” y “alta moralidad, ” existía un hombre abusador, que no solo le gustaba repartir golpes en el ring, sino también fuera de este.
Mientras en las secciones de deportes de los medios de comunicación exaltaban las cualidades de Román, en el distrito tres de Managua, el boxeador era denunciado por su entonces esposa, Raquel Doña Lago por abuso físico y psicológico.
“Mi marido siempre me agredió verbalmente, pero las agresiones eran cada vez más fuertes. Me tomó del cabello y me estrelló contra la pared. Yo ya no quise seguir así, sobre todo por mi hijo, no quiero que crezca en un lugar con violencia”, dijo Raquel a El Nuevo Diario en noviembre de 2011.
Doña Lago también acudió a la CPDH con su denuncia. Sin embargo, los esfuerzos de la víctima no tuvieron frutos, ni vieron la luz para que su abusador fuera castigado.
Lejos de pagar su delito, Román afianzó sus fuerzas. Tenía a un sector del periodismo deportivo de aliado y por el otro extremo tenía al dictador Daniel Ortega, quien ha sido su más afable protector. Asimismo “Chocolatito” se formó una coraza fuerte, gracias a su “fe religiosa y lo mucho que Cristo le cambió la vida”. Y no es que sea malo ser creyente, pero no practicar lo que se profesa es lo criticable.
Por ejemplo ¿cómo poder explicarle a Dios que crees en él, pero sos aliado de un dictador que ha dejado un saldo de más de 300 asesinados? Si, Román no ha escondido su apoyo al régimen, porque es realmente a Ortega a quien venera.
La devoción incondicional de Román a los Ortega-Murillo se debe a los grandes “favores” que ha tenido la dictadura hacia él. Además de haberlo liberado de la denuncia de Doña Raquel, en noviembre de 2014, los contactos de González ayudaron que su hermano, Milton no fuera a prisión por tráfico de cocaína. Inexplicablemente la Policía dijo haberse equivocado y lo que transportaba en su camión era talco. El famoso caso del “talcotráfico” es uno de los episodios más penosos de nuestra Policía al servicio de Ortega y sus amigos.
Luego del estallido social en abril de 2018, Román siguió apoyando incondicionalmente a Ortega. En lugar de la bandera nacional subía al cuadrilátero con la del partido FSLN, una bofetada para toda la población que lo apoyó siempre y que aún sufre a las manos del dictador que respalda.
Aquel campeón que subía al ring con un país entero apoyándolo, ahora subía solo, con una bandera partidaria que solo representa la sangre y la crueldad a la que es sometida Nicaragua.
Las personas han cambiado la percepción que tenían de Román, los nicaragüenses ya no son engañados, porque la máscara se le ha caído. No obstante, la realidad contrasta con las páginas deportivas, donde González sigue endiosado, como si la persona que se ha expuesto no existiera.
Claramente Román González no es un ejemplo. Los millones que tiene no son suficientes para comprarse dignidad y empatía. Debería recordar que la dictadura a la que sirve fielmente está destinada a caer, a como él cayó cuando fue noqueado por Rungvisai.
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