En la última entrega de “La Guarida del Oso” tuvimos la oportunidad de conversar con la abogada salvadoreña, Ana Carolina Elías, que actualmente preside la organización Servicio Doméstico Activo (SEDOAC).

Hablamos sobre la situación de las trabajadoras del hogar en España, sus derechos laborales y sociales, cómo les afectó la pandemia y la necesidad de organizarse para defender sus derechos.

¿Cómo nace la organización SEDOAC?

Es una asociación de empleadas del hogar que luchan por los derechos de las mismas, somos un grupo mayoritariamente de mujeres migrantes que un día se juntaron en una actividad y hablando entre ellas se dieron cuenta de las dificultades que sufre y la marginación que experimentan, la desigualdad en derechos, precariedad laboral y la explotación que se vive en el sector y lejos de “quedar lamiéndose las heridas”, decidieron unirse para defender sus derechos y eso llevamos haciendo desde ya hace más de doce años.

¿Cuáles son los objetivos que tienen como organización?

SEDOAC se fundamenta en 4 líneas, el empoderamiento, la sensibilización, el trabajo en red y la incidencia política. Empoderarse es tener información sobre tus derechos, no agachar la cabeza cuando tu empleador te quiere despedir, no pagarte vacaciones o te amenaza y nosotros les enseñamos que tienen derechos.

Sensibilizar a esta sociedad sobre la importancia del trabajo doméstico, porque para muchas familias somos “la chacha, la criada, la que me ayuda”, cuando en realidad nosotras hacemos todo el trabajo.

Trabajo en red porque nosotras queremos siempre unirnos a más entidades y asociaciones, articularnos con plataformas a nivel internacional para alzar más la voz. Incidencia política porque tenemos que llegar a ministros y diputados que son los que terminan votando por las leyes.

¿En qué contexto se organizan?

El 8 de junio de 2008 se nos otorga la personería jurídica, pero se formó entre 2006 y 2008. Estábamos previos a toda la gran explosión de la crisis económica en España, había mucha preocupación porque en ese momento había una ley  tímida y discriminatoria, muchas diferencias de derechos, una empleada del hogar no tenía derecho a la prestación de baja por maternidad. Cuando ya entra en vigor una nueva ley, es cuando las mujeres ya pueden cobrar la prestación como el resto de trabajadoras en España. Este contexto movió y movilizó a muchas mujeres sobre todo migrantes para formar nuestra asociación y luchar por nuestros derechos.

¿Cuáles son las actividades que realizan?

Desde antes de 2019 veníamos haciendo actividades para las trabajadoras del hogar, primero era información sobre sus derechos laborales, charlas sobre derechos de extranjería, cómo renovar el permiso de residencia en España, como traer a tus hijos desde tu país de origen o cuestiones más sencillas como la obtención de la tarjeta sanitaria y para eso, hacíamos coordinaciones con otras entidades que nos apoyaban. Gracias a este trabajo en conjunto, conseguimos algo único en España, abrir el primer centro de empoderamiento para trabajadoras del hogar y cuidados en el país, espacio único.

¿Durante el estado de alarma por la pandemia hubo mayor afluencia de trabajadoras solicitando asesoría?

Si, solo que no fue vía presencial porque tuvimos que cerrar el centro inmediatamente, pero sí vía telefónica. Era una situación completamente nueva para todo mundo, nadie sabía que iba a pasar ni cómo actuar y es una situación estresante, inmediatamente por el encierro.

Durante el estado de alarma proliferaron los abusos de los empleadores, muchas sufrieron reducción de jornada o fueron despedidas directamente, despidos sin indemnización o internas  que estuvieron trabajando todos los días por quedarse encerradas y en lugar de descansar los fines de semana, trabajaban, pero esos días no eran pagados.

¿Recibieron notificación de violaciones a derechos humanos?

Casos de violencia, donde la empleadora agredió físicamente a la trabajadora y cuando fueron a hacer la denuncia a la Comisaría, el policía toma la denuncia pero dice que por ser irregular se le puede abrir expediente de expulsión, estos casos son terribles y también habían empleadores acosando sexualmente a las trabajadoras, en otros casos le quitaban la llave a la trabajadora y la encerraban y al tener a toda la familia en la casa, los trabajos se multiplicaban. A las trabajadoras externas no les dieron el notificante de movilidad, ni mascarillas o guantes y muchas trabajadoras terminaron contagiadas.

¿La pandemia causó la precarización o la expuso?

La pandemia puso en evidencia la fragilidad del sistema de cuidados en España y sobretodo la necesidad de los cuidados, por eso durante el estado de alarma una de las cosas que hicimos como asociación fue denunciar a través de los medios de comunicación esa situación de desprotección, semiesclavitud o esclavitud completa que sufrieron las trabajadoras durante ese tiempo.

¿Cómo afecto la pandemia directamente a las trabajadoras del hogar?

Nos afectó mucho, principalmente a las migrantes porque estamos en total desprotección en este sector aunque cotices para la seguridad social, no tienen derecho a prestación por desempleo, el llamado paro y por eso estamos luchando.

Una de las cosas que hicimos es presionar al estado para tener un subsidio como el ERTE, pero para las empleadas del hogar y luego de mucha lucha se consiguió.

Lamentablemente las únicas beneficiarias iban a ser quienes estuvieran inscritas en la seguridad social y aquellas que estuvieran en la economía sumergida y no cotizaran, no tuvieran acceso a esto. Nos está afectando muchísimo, porque estamos desprotegidas.

¿A qué se enfrentan las mujeres que llegan a laborar como trabajadoras del hogar en España?

Justo ahora es el peor momento para migrar y buscar trabajo, hay mujeres que vinieron justo a finales a febrero para trabajar y por la pandemia han tenido que quedarse encerradas y sin poder generar empleos.

Toda esta situación lo que ha causado es empeorar la precarización. Han aflorado las personas aprovechadas de esto y la gente nos culpa, nos dicen “ustedes tienen la culpa por aceptar esas ofertas” o decir “por culpa de ustedes ahora nos pagan menos”.

Lo que pasa es que no nos dan opciones en trabajos de condiciones dignas, con buen salario. Ahora se aprovechan más y te dicen “agradece que te daré un trabajo”.

¿Qué ejemplos de precarización laboral son los más comunes?

Ofertas como trabajar de lunes a domingo, con dos horas libres al día, por 800 euros ni el salario mínimo interprofesional o empleadores que  redujeron las jornadas laborales, en vez de 8 horas, trabajabas 4 pero tenías que hacer todo en esas dos horas, o solo llegar dos días a la semana, pero hacer todo en esos dos días.

Casos de ofertas cómo acompañar a una persona mayor a cambio de un lugar donde quedarse, sin paga, pero quedarse toda la noche cuidando a la persona. Hay personas que si quieren ayudar a sus trabajadoras, pero tienen pensiones muy bajas y dicen que no te pueden pagar más.

¿Qué se podría hacer o proponer en estas situaciones?

Si una persona no te puede pagar más, lo que debe hacer es reducir las horas laborales o las funciones a realizar y así seguir teniendo a una persona que le trabaje y pagarle lo justo.

Lo que debemos hacer es juntarnos empleadores y trabajadoras para exigirle al Estado que garantice los derechos de cuidados de sus ciudadanos, pero a la vez garantice las condiciones de trabajo en que realizamos el cuido.

No es culpa mía que no me puedas pagar. Hay que luchar por esos derechos, no dejarnos, no quedarnos con los brazos cruzados, ni agachar la cabeza.

¿A qué recursos legales pueden acceder las mujeres trabajadoras del hogar, principalmente las migrantes?

Lamentablemente las mujeres que no tienen papeles son las más desprotegidas y quienes tienen menos recursos, sin embargo si ya llevan 2 años viviendo en España y más de 8 meses trabajando para esa empleadora que les está maltratando, pueden denunciarle y con esa sentencia que condena a la empleadora por tenerla trabajando sin papeles, eso sirve para tramitar el arraigo laboral.

Entiendo que hay mucho miedo de acudir  la Policía cuando no tienes papeles, pero por esas razones hay que buscar una asociación. Entre nosotras mismas nos estamos ayudando, tenemos colaboración con abogadas y abogados que nos apoyan en casos de demandas y denuncias con un precio más barato.

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La Lupa Nicaragua