La persecución del régimen de Daniel Ortega contra el personal médico del país, recientemente expuesto por la Arquidiócesis de Managua, coloca en un ambiente hostil a los trabajadores del sistema de salud público, y atenta contra la población, afirman profesionales de este gremio.
“El gran problema en Nicaragua comienza por un gobierno totalmente irresponsable, porque si sabes que tu sistema de salud es el que va a estar más expuesto en esta pandemia, se supone que como gobierno voy a proteger a mi sistema de salud y debe ser prioridad darle su mascarilla, su careta, bata quirúrgica o de protección, guantes, etcétera”, señaló el doctor Javier Núñez, vocero de la Unidad Médica Nicaragüense.
La Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua, a través de un comunicado hizo un reconocimiento a los médicos y personal sanitario que, “se exponen día a día, sin estar provistos de los equipos de protección necesarios, en su lucha contra esta pandemia fatal, hasta llegar a morir por servir a sus hermanos”.
No obstante, coincide que lo vivido por los nicaragüenses se resume en una “tragedia”.
“Como Iglesia sentimos y vivimos con nuestro pueblo esta gran tragedia: decenas de ataúdes circulando por nuestras ciudades, los entierros ‘express’ a medianoche, las sirenas de ambulancias que a toda hora rompen el silencio, el dolor por no haber pudimos rendir nuestro homenaje de amor a los seres queridos que se nos han ido sin despedirse”, así resume la Arquidiócesis el ambiente sombrío del país en el contexto de la pandemia.
Personal de salud “amenazado”
Hasta el 30 de junio, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo únicamente reconoce 2,519 casos positivos de COVID-19 y 83 muertes, pero las cifras oficiales se oponen a las presentadas por el Observatorio Ciudadano, que contabiliza 6,775 casos y 1,878 muertes sospechosas por esta enfermedad.
En la actual situación de pandemia, es “retrogrado” pensar que el personal de salud no se va a contagiar, tomando en cuenta que las estadísticas te dicen que en el resto de países el 20% de las muertes son atribuibles a trabajadores de la salud.
+++Mensaje No. 10 de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua.+++
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— Arquidiócesismanagua (@arquimanagua) June 30, 2020
“Sí un médico se contagia lo tengo que mandar de subsidio y en el peor de los casos, aquí ya llevamos casi 40 médicos muertos, eso es un gran golpe para la sociedad, porque estoy quitando a alguien que le va dar respuesta a la población, en otras palabras los que se ven afectados es la población cuando cae, se va de subsidio o fallece un trabajador de la salud”, afirmó Núñez.
En su mensaje, la Comisión de Justicia de la Arquidiócesis comparó la crisis sanitaria del coronavirus con “la hora del llanto del Señor: lloramos ante la tumba del amigo Lázaro ante el cerrazón de su pueblo en la noche oscura de Getsemaní”.
La “irresponsabilidad” del régimen, según el profesional de la salud ha llevado al despido de casi una veintena de especialistas de las diferentes unidades del sistema de salud pública.
“Los estás corriendo por el simple hecho de que ellos están manifestando que deben tener su material de protección, que el gobierno debe de dotarlos de todas las medidas de bioseguridad y eso no le gusta al gobierno, te ve como un enemigo y comienza a correr a especialistas que son importantes para ayudarte a atender a los pacientes graves”, agregó el representante de la Unidad Médica Nicaragüense.
El pasado 18 de mayo, más de 700 profesionales de la salud del sector público y privado firmaron una carta en la cual exhortaron al régimen a reconocer la propagación comunitaria del virus en Nicaragua y a adoptar las medidas de prevención recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero en respuesta a su demanda, entre el 6 y el 9 de junio, el Ministerio de Salud de Nicaragua despidió a varios trabajadores del sistema público de salud que habían firmado la carta, sin observar los procedimientos legales para despedir a trabajadores del sector público que hoy demandan su reintegro.
El asedio a los médicos que ocurre en Nicaragua es contrario a lo que sucede en el resto de países donde «son aplaudidos por su sacrificio y entrega, mientras que, en nuestro país, tristemente, por el hecho de informar la verdad y solicitar la protección necesaria, son despedidos y despojados de sus derechos», puntualiza la jerarquía eclesiástica.
En 2018, durante las protestas sociales, el régimen adoptó las mismas medidas y despidió aproximadamente a 300 profesionales de la salud por el hecho de apoyar las protestas y atender a los heridos de la masacre gubernamental.