Diferentes organizaciones feministas y personas particulares publican alertas frecuentes sobre las desapariciones de mujeres, jóvenes y niñas en Nicaragua, con el propósito de generar redes de apoyo ciudadano que permitan localizarlas en el menor tiempo posible.
Según indica una integrante de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), existe un grupo feminista que están trabajando en el seguimiento de las desaparecidas, de niñas y mujeres de todas las edades.
“En la Red de mujeres contra la violencia, ahí estamos varias organizaciones, donde realizamos distintas acciones para la defensa y seguimiento a las mujeres”, mencionó.
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Además el monitoreo que realizan lo hacen apoyándose de redes sociales y de los medios de comunicación, con el objetivo de “que toda la población esté informada y si tienen conocimiento y ven a una joven igual la reporten de inmediato”, mencionan.
Para formalizar una denuncia ante la Policía, las familias deben esperar 72 horas según el protocolo de atención, sin embargo, las mismas familias en su desesperación proceden de forma independiente a publicar la denuncia en redes sociales.
“Las redes sociales, son un medio inmediato para hacer la denuncia e iniciar la búsqueda y, en muchos casos, este ha sido muy útil para poder localizar a las menores y para poder tener información sobre dónde están, saber en qué condiciones están y con quién están”, detalló una integrante del colectivo feminista Las Venancias.
Las alertas de desapariciones han logrado “denunciar la situación concreta, ubicar a las mujeres, visibilizar esta problemática y, para generar toda una red de solidaridad y apoyo antes las familias y menores desaparecidas”, explica.
En el primer semestre de 2024 se reportan al menos 95 mujeres y niñas desaparecidas en todo el territorio nacional, es decir 16 por mes, que muchos casos son encontradas días después de publicadas las alertas en redes sociales con los números para comunicarse con las familias.
Según la activista de Las Venancias han identificado que las desapariciones suelen darse en su mayoría por estar vinculadas con el delito de trata de personas en sus diferentes modalidades, en especial, si se trata de ciertos territorios del país.
“Encontramos a muchas jóvenes víctimas de trata de personas, sobre todo relacionados a los terrtorios de Chinandega, algunos municipios fronterizos con Honduras como Ocotal, Somoto y, en la zona de Río Blanco y Muy Muy en Matagalpa”, detalló.
Por otro lado, apuntó que existen casos en los que hombres mayores enamoran a las jóvenes y niñas y se las llevan. “Son casos en los que hombres mayores, usando todas sus estrategias de acoso y enamoramiento, les hacen falsas promesas y, se las llevan”, advirtió.
Suele ocurrir, que en muchos casos también desaparecen porque las mujeres, jóvenes o niñas, “son víctimas de violencia doméstica o sexual en sus casas y se estaban yendo con la primera persona que les pudiera ofrecer alguna estabilidad”.
De acuerdo a las feministas, la sociedad nicaragüense culpabiliza a las mujeres y las revictimiza sin terminar de comprender este fenómeno complejo y sistemático en el que se tendría que entender lo que pasa alrededor del sistema familiar, de la comunidad y del país.
“La gente se queda en la mayoría de los casos con explicaciones inmediatas, justificando a los agresores y culpabilizando a las mujeres”, destacan.
Las mujeres siempre han insistido a las autoridades que, aún cuando existe un protocolo de atención, puedan “recibir a las familias, se les pueda acuerpar y sostener e inclusive dar seguimiento a las denuncias que se publican en redes sociales, que respondan de manera beligerante y respetuosa en estos casos”.
