74 mujeres de Nicaragua fueron víctimas mortales de la violencia machista en 2023
Organización feminista alerta del riesgo que atraviesan las mujeres al migrar, ya sea de forma regular o irregular
Organización feminista alerta del riesgo que atraviesan las mujeres al migrar, ya sea de forma regular o irregular
El año 2023 cerró con 74 femicidios, seis casos más con respecto a los 68 registrados en 2022, evidenciando el aumento de la violencia machista en Nicaragua y en el extranjero, denunció la organización feminista Católicas por el Derecho a Decidir.
De los 74 femicidios ocurridos en 2023, 22 mujeres fueron asesinadas fuera de su país, lo que revela un incremento del 100% respecto a los once casos de 2022. El crecimiento de más femicidios en el exterior coincide con la dinámica migratoria que enfrenta Nicaragua, producto de la crisis sociopolítica y el recrudecimiento de la represión contra la ciudadanía en general por parte del régimen orteguista.
Según la organización Católicas, ante el panorama del país, la única salida para muchas mujeres es migrar, y con ello, sus condiciones de seguridad también son vulneradas. “La violencia traspasa fronteras y cada día, sus vidas corren cualquier tipo de riesgos”, indica una fuente ligada a la oenegé, en condición de anonimato. Ni las autoridades nicaragüenses y tampoco las de otros países cumplen con la función de proteger la vida de las mujeres, lamenta la fuente.
De los 22 femicidios ocurridos en el extranjero en 2023, doce se cometieron en Costa Rica, pero aún no hay capturados, denunció la oenegé. Si bien, la migración abarca a hombres y mujeres, y se estima en 1.5 millones de nicaragüenses viviendo en el exterior, equivalente al 22% del total de la población en 2023, según el investigador de Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, feministas consultadas señalan que las mujeres son las que atraviesan situaciones de mayor vulnerabilidad durante el tránsito migratorio irregular y también, en algunos casos, al llegar a su destino, ya que dependen de sus parejas y están solas, en un país desconocido y sin una red de apoyo.
Según datos de Católicas, a lo largo de la Costa Caribe nicaragüense se cometieron 23 femicidios en 2023, seguido de Managua con 10 casos. Expertas han explicado que en esa zona reina la impunidad en los asesinatos de mujeres. Una vez que se registra un caso y el agresor no es procesado judicialmente, el mensaje que envía el Estado, cooptado por la dictadura orteguista, es que cualquier perpetrador tiene “vía libre” para ejercer violencia machista, incluyendo femicidio sin recibir ningún tipo de castigo.
Los femicidas continúan siendo las parejas de las víctimas en 23 de los casos y las expareja en diez. Asimismo, la casa- como ámbito privado- sigue siendo el lugar con mayor peligro para las mujeres, que ahora no tienen apoyo de ninguna organización no gubernamental, indica la fuente de Católicas.
El régimen orteguista se ha encargado de desmantelar el tejido organizativo de oenegés que trabajaban en defensa de los derechos de las mujeres y las acuerpaban en casos de violencia machista. Las oenegés permanecen cerradas, muchas desde 2022, cuando inició la cancelación masiva de estos organismos -más de 3000- a través del entonces Ministerio de Gobernación, hoy Ministerio del Interior.
Y mientras las mujeres, tanto fuera como dentro de Nicaragua siguen siendo víctimas de femicidio, el régimen orteguista enfrenta la violencia machista con la distribución de la cartilla informativa “Mujer, Derechos, Leyes y Mecanismos de denuncia para la prevención del femicidio” e inaugurando más comisarías de la mujer, que totalizan hasta el 11 de enero de 2024, 285 en todo el país. Ese día reabrieron la Comisaría en San Marcos, Carazo, beneficiando, según la Policía Nacional a 25,000 mujeres.
Contrario al discurso oficialista, la realidad es que esas Comisarías no están funcionando en la práctica. Las mujeres temen denunciar y las que se atreven hacerlo no reciben una atención adecuada, como víctimas de violencia machista y son revictimizadas y obligadas, en muchísimos casos, a mediar con su agresor.