En el mundo el 45% de las mujeres no tienen poder de tomar decisiones sobre su propia salud, la anticoncepción o para decir sí o no las relaciones sexuales con su pareja, concluye un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

El informe “Mi cuerpo me pertenece” revela que solo el 55% de la población femenina está “totalmente empoderada” para tomar ese tipo de decisiones.

“A millones de personas se les niega su derecho a decir no a las relaciones sexuales, a elegir con quién casarse, o a tener hijos en el momento que consideren adecuado. A muchas se le niega este derecho debido a su raza, su sexo, su orientación sexual, su edad o su capacidad. Su cuerpo no les pertenece”, asegura Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA.

Ser capaz de decir “no”, “sí” o “yo decido sobre mi cuerpo” sienta las bases para una mujer de una vida “empoderada y digna”, agrega el documento publicado por el UNFPA que recoge información de 57 países del mundo.

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El poder que tiene una mujer para controlar su propio cuerpo está relacionado con el control que tiene en otros ámbitos de su vida. “Tenemos el derecho inherente de elegir lo que hacemos con nuestro cuerpo, de protegerlo y cuidarlo y de expresarnos a través de él como nos plazca. Nuestra calidad de vida depende de ello. De hecho, nuestra vida depende de ello”, refiere el documento.

Mujeres con menos derechos jurídicos

El informe se basa en dos indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que ayudan, de alguna manera, a adoptar medidas hacia el objetivo de garantizar, principalmente, la salud y los derechos sexuales y reproductivos para todos en 2030.

Esta es la primera vez que el UNFPA mide el poder de las mujeres para tomar decisiones autónomas sobre el sexo y la reproducción. En informe también recoge datos vinculados a la importancia que dan los países en la formulación de leyes y políticas que permitan la toma de decisiones individuales.

Foto: La Lupa / O. Navarrete

El UNFPA concluye que únicamente el 71% de los países garantizan el acceso a servicios de maternidad integrales y solo el 75% presta legalmente un acceso pleno y equitativo a la anticoncepción.

Otro de los hallazgos es que alrededor del 80% de los países tienen leyes que apoyan la salud y el bienestar sexual, y únicamente alrededor del 56% de los países tienen leyes y políticas que apoyan la educación integral en sexualidad.

“Hacemos un llamado a la acción a que se sumen a estas acciones que UNFPA. Queremos que todas las mujeres en el mundo puedan ejercer su derecho fundamental a tomar decisiones sobre su cuerpo, su futuro; necesitamos empoderar a las niñas y los niños para que reivindiquen su derecho a decisiones sanas, para que adopten decisiones sanas, seguras”, señaló Harold Robinson, director regional de UNFPA para América Latina y el Caribe.

De acuerdo con los resultados presentados, las mujeres tienen solo el 75% de los derechos jurídicos de los hombres, y están limitadas a cuestionar esas disparidades, debido a que tampoco tienen una participación activa en las “decisiones políticas y otras formas de adopción de decisiones”.

Desprotegidas ante violaciones

El informe también documenta muchas otras maneras en las que se vulnera la autonomía corporal de las mujeres.

Existen 20 países o territorios que tienen leyes que “obligan a casarse con el violador”, lo que significa que un hombre puede escapar de un proceso penal si se casa con la mujer o niña que ha violado.

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Por otro lado, hay 43 países que no cuentan con una legislación que aborde el problema de la violencia sexual durante las relaciones de pareja y más de 30 países que restringen el derecho de las mujeres a desplazarse fuera del hogar.

La falta de decisión sobre sus cuerpos se manifiesta, por ejemplo, cuando la falta de opciones anticonceptivas da lugar a “embarazos no deseados” o cuando se dan negociaciones en las que se intercambian relaciones sexuales “no deseadas por un hogar y comida”, señala el informe.

Finalmente, el UNFPA concluye que el logro de la autonomía corporal depende de la igualdad de género y de la ampliación de las opciones y las oportunidades para las mujeres, las niñas y los grupos excluidos.

“Los hombres, efectivamente, no solo tenemos que sumarnos a la coalición para garantizar derechos, pero somos los primeros que tenemos que reconocer que todas las personas son iguales y que todas las mujeres tienen derecho a decidir por su propia cuenta”, señaló Robinson.

Una mujer que puede tomar sus propias decisiones en materia de sexualidad, anticoncepción y salud reproductiva también tiene más posibilidades de “gozar de mejor salud, poseer bienes, contar con un empleo remunerado, disponer de más tiempo de ocio y evitar la violencia por razón de género. Si decide tener hijos, es más probable que estos disfruten de buena salud”, señala el informe.

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