33 excarceladas políticas de Nicaragua reciben premio «Campeonas por la Justicia»
En sus discursos de agradecimiento remarcaron que no debieron ser injustamente encerradas y que deberían poder reunirse con sus familiares.
En sus discursos de agradecimiento remarcaron que no debieron ser injustamente encerradas y que deberían poder reunirse con sus familiares.
Un total de 33 excarceladas políticas de Nicaragua fueron galardonadas este jueves, en Washington, Estados Unidos, con el premio “Campeonas por la Justicia”, entregado por el Instituto Global de la Mujer, que reconoció el trabajo de defensa de los derechos humanos realizado por estas ciudadanas, que sufrieron meses, algunas años, de cárcel arbitraria e ilegal, ordenada por la dictadura Ortega-Murillo.
El Instituto Global de la Mujer realizó la premiación en ocasión de su décimo aniversario e incluyó entre las galardonadas, además de las 33 excarceladas políticas nicaragüenses, a la boliviana Brisa de Angulo, quien se ha dedicado a luchar contra la violencia sexual, tras ser una víctima de este crimen y no recibir la debida justicia; y a la congresista Primila Jayapal del estado de Washington, lideresa del Grupo Progresista y defensora de los derechos de las mujeres y de las personas migrantes.
Mary Ellsberg, directora ejecutiva del Instituto, entregó los reconocimientos de cada una de las galardonadas y en el caso de las 33 excarceladas políticas premiadas las encargadas de recoger el premio y ofrecer una palabras de agradecimiento fueron Tamara Dávila y María Esperanza Sánchez, que además fueron acompañadas por al menos otras ocho de las mujeres incluidas en el reconocimiento.
La representante del Instituto Global de la Mujer remarcó que el galardón reconoce a estas 33 mujeres que fueron encarceladas injustamente por defender derechos y hacer ejercicio de su libertad de expresión. Además, recordó que al menos 18 de estas estuvieron más de un año bajo un encierro ilegal y arbitrario, y cuatro de ellas sufrieron durante todo ese tiempo aislamiento solitario y prolongado.
Durante la entrega del galardón, las excarceladas políticas cantaron “Nicaragua Nicaragüita” y elevaron consignas como “Viva Nicaragua libre”.
Previo a alzar la placa que se entregó en forma de premio, la excarcelada política María Esperanza Sánchez expresó su agradecimiento a la comunidad internacional, a los gobiernos amigos y al pueblo de Nicaragua por descansar hasta verlas libres.
También: María Esperanza Sánchez: “nunca pensé en salir del país, incluso cuando saliera de la cárcel”
Además, denunció el destierro ordenado por el orteguismo contra ella y otras más de 300 personas nicaragüenses, resaltando que aunque fueron expulsadas llevan a Nicaragua en el corazón y “de ahí nadie la puede sacar”.
La excarcelada política Tamara Dávila, una de las 33 galardonadas y una de las cuatro mujeres que sufrieron aislamiento prolongado en solitario en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como El Chipote, también expresó su gratitud al reconocimiento y denunció el encarcelamiento ilegal que sufrió, criminalizada por “querer una patria distinta”, y la privación que tuvo por más de un año para ver a su hija de seis años, al igual que otros presos político que estaban en ese mismo centro carcelario.
“Hoy, un mes después de haber llegado, todavía no he podido ver a mi hija ni estar con ella. La reunificación familiar es todavía un reto. No podemos regresar a Nicaragua y el régimen ha hecho imposible la salida de nuestros niños y niñas. Fuimos borrados del Registro Civil, para ellos no existimos, y no podemos firmar sus permisos de salidas. La crueldad del régimen no ha terminado”, denunció.
Lea más: Martha Ubilla: “Todavía me siento presa porque el sufrimiento no ha parado”
También, señaló que la dictadura en Nicaragua persigue todo tipo de organización de mujeres y ha desmantelado las estructuras que estas tenían para garantizarse y demandar sus derechos, obligándolas al exilio o al destierro.
En ese contexto, resaltó que el galardón también reconoce a las más de 139 mujeres que han sido identificadas como presas políticas desde abril de 2018, a las miles que fueron obligadas al exilio, a las que siguen presa en Nicaragua y a las que fueron desterradas entre los 94 nicaragüenses, que en febrero pasado también fueron declarados apátridas y supuestos prófugos de la justicia por supuestamente cometer traición a la patria.