Las personas de estratos medios o medios bajos sentirán el mayor impacto económico provocado por la crisis del COVID-19, advierte el informe El Desafío Social en Tiempos del COVID-19 que presentó la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal).
El desempleo, aumento del trabajo informal, falta de acceso al seguro social y en algunos casos el desabastecimiento de servicios básicos presionará a muchas familias a bajar su nivel de vida.
«Los estratos medios-bajos serían los más afectados. Se deterioraría la situación económica de al menos un 15 por ciento de estas personas: 16.7 millones pasarían a pertenecer a estratos de bajos ingresos, pero aún fuera de la pobreza, en tanto que 2.5 millones quedarían en situación de pobreza, principalmente no extrema”, detalla el informe.
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La Cepal dice que en todos los países que la conforman aumentará la pobreza, pero en el peor de los escenarios Nicaragua, México y Ecuador el grupo de los pobres extremos se ensanchará, habrá más desigualdad y debilidad. Resaltando que esto provocará «un debilitamiento de la cohesión social y manifestaciones de descontento popular».
Décadas para recuperarnos
El economista y catedrático Luis Murillo indica que ese deterioro en la estabilidad emocional se traducirá en discriminación, lo que hará difícil la recuperación de la clase media, que se estima que en la actualidad está entre el 20 por ciento y 30 por ciento de los nicas que luchan por mantenerse en ese estrato, pero podría reducirse a 18 por ciento y 20 por ciento.
La clase media que es la que sostiene a un país y no le van a dar muchas oportunidades para poder recuperarse. La crisis de los 80 nos llevó casi 28 años para recuperarnos y eso que el mundo no estaba en una recesión económica, posiblemente en esta nueva crisis que no sabemos cuando va a terminar, nos llevará de cuatro a cinco décadas por lo menos para medio recuperarnos”, expresó Murillo.
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Por su parte el economista y director de GirosNi, Luis Núñez indica que el nivel de desarrollo de la empresa privada y el aporte del sector público actual no permiten que en Nicaragua exista «una clase media definida (…) de forma que desde la década del 80 la clase medida ha quedado como una referencia».
Más pobreza en Nicaragua
En escenarios de alta afectación, la Cepal prevé que el 22.2 por ciento de los nicas caigan a pobreza extrema y el 52.7 por ciento a pobres. Por ello, los economistas coinciden que para evitar llegar a esos niveles es necesario que se ejecuten políticas económicas y sociales de inmediato.
Otro aspecto que no ayuda a mejorar la crisis es el impacto del COVID-19 en Estados Unidos y España, lo cual se reflejará en las remesas de Nicaragua, porque son los dos principales emisores y destinos de los migrantes nicas.
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«Siempre he dicho que el hecho de que un país cree una dependencia de un flujo de casi 11 por ciento PIB en materia de las remesas familiares era un ‘acomodadismo’ . Ante lo cual no había generación y compromiso de crear empleos decentes para que la gente no fuera tan dependiente de esas remesas», resiente Murillo.
Esa reducción en los ingresos de las familias receptoras de remesas podría aumentar la migración de nicas, estima Núñez.
La mano de obra migrante se desarrolla en actividades de hostelería, construcción y cuido de personas adultas, sectores que anuncian masivos recortes de personal ante la caída de la dinámica turística.
Los más afectados en la región
Las mujeres, jóvenes, indígenas, afrodescendientes, migrantes y trabajadores informales son los grupos más afectados por las consecuencias económicas generadas por el virus, resalta el informe.
En el caso de las mujeres su situación es «particularmente vulnerable», por la precariedad de las condiciones laborales. El 54. por ciento de ellas en 2016 se desempeñaban en trabajos informales frente al 52.3 por ciento de los hombres.
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«Las trabajadoras domésticas remuneradas(el 11.4 por ciento de las mujeres ocupadas), muchas de ellas migrantes, indígenas o afrodescendientes, se encuentran en una situación particularmente compleja. Pocas tienen acceso a la seguridad social, y están más desprotegidas en escenarios de desempleo sostenido. Al no poder trabajar a distancia, los ajustes de los presupuestos de las familias empleadoras aumentan la incertidumbre de su remuneración, sobre todo en el caso —frecuente— de no contar con un contrato formal», resalta el informe de la Cepal.
Los menos afectados
El informe apunta que los estratos medios altos y altos serían los menos afectados porque en su mayoría los llevará a un estrato inferior. Sin embargo, «una pequeña proporción de las personas de estos estratos caería —al menos temporalmente— en situaciones de pobreza o pobreza extrema, en función de la disminución de sus ingresos corrientes».
Acudir a la liquidación de activos para sostener, aun a corto plazo, es una alternativa que tiene este segmento de la población, pero la Cepal advierte que «hay una proporción considerable de hogares (principalmente a medida que se desciende en la escala social) que mantiene sus condiciones de vida sobre la base del endeudamiento», lo cual puede provocar el sobreendeudamiento y la pérdida posterior de sus activos.