El comentarista político, Jaime Arellano y el empresario, José Dolores Blandino, denunciaron que desde tempranas horas la Policía orteguista se colocó afuera de sus casas, impidiéndoles salir a la calle en una nueva forma de «secuestro y de casa por cárcel», luego que convocaran a una marcha para el próximo 25 de febrero en Managua.

«Me dijeron que había una orden de que no podía salir», explicó Arellano. Cuando el comentarista se disponía a salir a caminar antes de las siete de la mañana, los oficiales ubicados con conos y camionetas fuera de su casa le dijeron: “Tenemos órdenes que usted no puede salir de su casa, por favor vuelva a su casa”.

  En declaraciones a 100% Noticias, Arellano afirmó que le explicaron que los oficiales le dijeron que » cualquier otra persona sí puede salir» de su vivienda, menos él.

Cuando Arellano junto a su esposa cuestionaron a los policías de si había alguna orden de restricción o de encarcelamiento, estos se limitaron a responder que «cumplían órdenes».

UNA FORMA DE AMENAZA

“Siempre he contemplado esa posibilidad (de ser encarcelado), y si me llevan ahí estaré mientras mi salud aguante. Si me matan, si me muero, me muero en El Chipote”, aseguró el comentarista.

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El régimen de Daniel Ortega inició en las últimas horas una campaña de asedio e intimidación contra los opositores que han convocado a marchar el próximo 25 de febrero en demanda de la libertad de los presos políticos, que hasta la fecha se estima que son 61.

La casa del comentarista político está sitiada por la Policía orteguista desde el jueves. “Tienen miedo que de que el mundo nos vea marchar”, escribió Arellano en su cuenta de Facebook.

Al igual que Arellano, la vivienda del empresario «Lolo» Blandino es asediada por policías desde que ambos convocaron a la marcha que tiene previsto salir de la Catedral de Managua hacia las inmediaciones de la Universidad Centroamericana (UCA) el 25 de febrero a la una de la tarde.

MANTIENEN CONVOCATORIA

Arellano insistió que pese a estar encerrados por la Policía, la marcha no se detendrá porque es necesario exigir la liberación de todos los presos políticos de la dictadura de Ortega. «Esta no es una marcha de Jaime Arellano ni de Lolo Blandino», aseguró.

“Querían que el pueblo reaccionara, si se me salen las lágrimas es de arrechura porque no es justo que esos presos estén ahí sufriendo. Es frustrante, pero esto no depende de uno y ojalá que el pueblo entienda que no podemos seguir de brazos cruzados. Si a mí me pasa algo es babosada, pero este país no puede continuar así. No es justo”, declaró el comentarista.

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