Juan Bosco Torres, un joven internacionalista de 25 años, estudiante de la Maestría en Gestión del Conocimiento e Investigación en Políticas, quien es representante para Nicaragua en la Red Centroamericana y del Caribe para el Servicio Público se metió a La Guarida del Oso para platicar sobre la crisis política actual y la pandemia del coronavirus frente a un régimen negligente.
¿Cómo ves vos el posicionamiento del Estado nicaragüense ante la comunidad internacional al seguir desacatando las recomendaciones para contener la pandemia?
Demasiado complicado, al menos desde el panorama de las relaciones internacionales y sobre todo el Derecho Penal Internacional analizar la misma situación porque va en confluencia con la constitución de las acciones y en dependencia de las acciones y los actos que se están realizando.
Tratar de definir cuál es el panorama del Derecho Penal Internacional que se le puede adjudicar al gobierno nicaragüense, obviamente, después de que han declarado epidemia o una pandemia, las medidas que ha adoptado la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ha sido de forma muy estricta y muy radical, porque hace alusión a una enfermedad que tienen mayor viralidad y en ese sentido no está de más mencionar que según la categoría de la Convención sobre Armas Biológicas, también forman parte de las Armas de Destrucción Masiva (ADM), independientemente si el gobierno no lo desarrollo en laboratorios o en su país.
Ahora, muchos se estarán preguntando si la definición de crímenes de lesa humanidad o genocidio entran en la categoría de la convención sobre armas biológicas o también conocido como bioterrorismo, el punto es que hay que diferenciar entre este tipo de categorías penales.
Por ejemplo, las características de los hechos de abril del 2018 y obviamente posterior a abril del 2018, en relación con la definición de los crímenes de lesa humanidad, se habla sobre los dos elementos o criterios que son aplicables a los tipos de hecho en abril del 2018, asesinato, encarcelamiento, persecución, abuso sexual, tortura y otras categorías, entran en el artículo 7 del Estatuto de Roma.
Podemos diferenciar ahora qué es lo que pasa con la situación actual del covid-19, en relación con los hechos que están acaeciendo actualmente, no podemos meterlo dentro de la categoría de crímenes de lesa humanidad, sencillamente por dos criterios que van a diferenciar los crímenes de lesa humanidad y el genocidio o armas biológicas.
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La particularidad que tiene dentro de los crímenes de lesa humanidad es que uno de los elementos o actos es el exterminio y se da cuando existe una prohibición o una nulidad parcial o absoluta, ya sea de alimento o de medicinas; cuando se dé la parte de la cura o de la medicina para este tipo de pandemia de coronavirus 19, pueda que el mismo gobierno restrinja el acceso a la medicina.El otro criterio que tiene el mismo genocidio es la destrucción parcial o total de una comunidad nacional.
En alusión a los criterios que utilizan los jueces internacionales, ya sea Ruanda, el tribunal de la ex Yugoslavia o la misma Corte Penal Internacional, en relación con el acto real, los hechos violentos criminales en relación al mens rea, únicamente lo tiene el genocidio, porque se trata de la visión subjetiva, es decir, la intencionalidad de destruir parcial o totalmente a una determinada comunidad; el problema que surge para el caso de nosotros, en la situación del covid-19, es con la categoría de genocidio, si vos observas en la convención sobre el estatuto de roma, en el artículo 6, solo entran los grupo religiosos, el grupo étnico y el grupo racial.
El problema acá es que, quien acuñó el término de genocidio en la situación de 1948 con la construcción o elaboración de la Convención sobre la Eliminación de Genocidio, más por una situación geopolítica y geoestratégica las potencias -en comparación con los países en vías de desarrollo o que apenas están teniendo una situación de un desarrollo sostenible- quitaron o eliminaron la visión del padre del término de genocidio, ya que él había comentado que se agregara el genocidio, por grupo político o nacional, pero desde un sentido más amplio del término “grupo nacional”.
El genocidio político y grupo nacional actualmente no entran a nivel de la codificación internacional del derecho penal internacional, obviamente por los intereses de estas potencias de poder influir, participar o de realizar injerencia en esto Estados que realmente se les conoce muchas veces como periferia y quedar estos hechos y estas acciones en impunidad.
Esto va a disminuir un poco la situación de incidencia política internacional desde la oposición en Nicaragua en relación con la estrategia de incidencia desde lo legal, no tanto lo político o lo diplomático, entonces hay una gran diferencia entre el bioterrorismo, que va en relación más que todo con la utilización de las herramientas en decir genocidio que es un término muy tradicional que no está en los codificadores del derecho penal internacional, en relación con el tipo de instrumentos o herramientas que podrían perpetuarse o podrían utilizarse para exterminar o acabar, parcial o totalmente con determinada comunidad.
¿Qué procesos se podrían llevar a cabo para denunciar al Estado nicaragüense ante organismos internacionales?
Tenés esas dos posibilidades de genocidio o bioterrorismo, en relación con llevarlo a una denuncia dentro del proceso judicial internacional, según se analiza en la Convención de 1948 sobre genocidios, hay una pequeña trampa que tienen los Estados y es que a pesar de que la Corte Penal Internacional dentro del Estatuto de Roma aparece que tiene competencia para los casos de crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra e inclusive genocidio, en la convención de 1948 aparece que la corte internacional de justicia puede conocer los casos de genocidio; hasta el momento se han dado únicamente dos casos ante la Corte Internacional de Justicia, esta Corte es súper civilista, al menos con la cuestión de las pruebas, es necesario tener una buena documentación de los hechos por la carga de la prueba.
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También recordar que para constar ante la Corte Internacional de Justicia, no es la sociedad civil, dentro de un conflicto o un proceso judicial únicamente, son los estados y los gobiernos, es decir, tener la posibilidad de que la misma población nicaragüense o la Coalición Nacional o cualquier plataforma política, pueda hacer cabildeo ante cualquier Estado que desee llevar el caso de Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia, por ejemplo, la oportunidad de que Costa Rica, el Gobierno de EEUU, el Gobierno de Canadá o el Gobierno de España pueda realizar todo ese proceso. Por la misma situación de desaceleración económica a nivel mundial, no creo que estos países actualmente tengan la disposición de poder ir porque implica mucho dinero.
Con la cuestión de que la Corte Internacional de Justicia reconozca el caso de Nicaragua sobre la pandemia por el Covid19, al ser civilista prácticamente su sentencia va a ir dirigida a una responsabilidad internacional del Estado, como no es una Corte Penal no va a procesar ni a Daniel Ortega ni a Rosario Murillo ni a los generales ni a la policía porque únicamente condena la responsabilidad internacional de los Estados.
Con las reparaciones, no tiene la posibilidad de reparar en individual a cada una de las personas que abiertamente han tenido pérdidas de sus familiares, obviamente han estado en este proceso de situación de pandemia y será una reparación colectiva, pero inclusive súper general, es decir, no abarca una integralidad para el proceso; también de construcción de paz y de construcción de memoria, al menos esa es la gran dificultad de acudir ante la Corte Internacional de Justicia.
Tenés también la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a nivel regional es decir, en todo el continente americano, el problema es el gran proceso burocrático, al menos con las reformas que se han hecho en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y la efectividad para que todos los procesos que se llevan desde la Comisión Integral, además que un caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos dura entre 7 a 10 años y obviamente es un problema, pero en el caso con la Corte Internacional de Justicia, las reparaciones son tanto integrales en lo colectivo, como en lo individual, a cada una de las víctimas y obviamente al menos por tener ese principio por persona que aplicaba la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Obviamente te atacan estos problemas, a esas causas estructurales en cada uno de los procesos del conflicto, es bueno por esa parte, tenés la oportunidad de acudir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero al igual que la Corte Internacional de Justicia, como es una Corte que sólo vela por los derechos humanos, no es una corte penal, no puede procesar en lo individual.
Con los crímenes de lesa humanidad en 2018, tenés -al menos a mi consideración- que crear un nuevo modelo, porque ahí también tenés una situación de que Naciones Unidas está respondiendo ante los desafíos regionales, globales y actuales en relación sólo con los programas de asistencia, con programas sociales y también se debe hacer con la evolución del Derecho Penal Internacional porque se queda corta en relación con abarcar algunos procesos como la cuestión de los crímenes de lesa humanidad o la situación de la pandemia.
¿Qué reflexiones crees que le podrían dejar a la comunidad internacional que la oposición en Nicaragua esté preparándose para elecciones?
Allí me pongo el sombrero de ciudadano nicaragüense y como refugiado, desde esa óptica no estaría de acuerdo con ir a unas elecciones con una situación de un panorama de violencia política que obviamente ha estado incrementándose y no te da la pauta para que vos podas solicitar esas reformas electorales integrales, es decir, la oportunidad o la condición necesaria para que se pueda acudir a unas elecciones, son las reformas electorales no solo desde la estructura central del Consejo Supremo Electoral sino también dentro los consejos departamentales, municipales y regionales que tiene el consejo electoral porque obviamente ahí está la base también de los procesos de fraude electoral que se han vivido durante estos últimos años con Daniel Ortega.
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Entonces siento que esa sería como una condición sine qua non para poder acudir a esas elecciones, pero si me pongo el sombrero de un analista internacional y sobre todo de derecho internacional público. Lamentablemente para que exista un desconocimiento de gobierno y un posterior conocimiento de gobierno hacia la oposición es necesario legitimar y eso se da a través de una elección, independientemente de que sean fraudulentas y de que sean totalmente viciadas, obviamente, así se ve desde esta óptica del derecho internacional. Hasta el momento, no se puede dar legitimidad cuando es una ilegalidad de actuación, la ilegalidad de actuación es cuando se está en un periodo de administración de gobierno y no es resultado de elección.
La Coalición Nacional no está apuntando a dos frentes, la diplomacia socia, que es una formalización de la estrategia de incidencia no sólo en política, sino también desde lo penal internacional, inclusive lo diplomático para hacer frente a la situación que se nos viene, no hay esa estrategia esta práctica de acudir a todos los Estados o la mayoría de los Estados para que se pueda cabildear en relación con el desconocimiento y el posterior reconocimiento a la oposición; también tener en cuenta la oportunidad y tener una estrategia y táctica desde la comunicación política, basada en la situación de entrar a los frentes del desgaste que está teniendo el partido de gobierno.
Viendo esto en relación con los perpetradores para que no se les de amnistía, ni siquiera pasar por un modelo de justicia transicional en donde sea benéfico para ellos, es decir, que aquellas personas que han estado dentro de la administración pública, inclusive el Ejército, con esa táctica del miedo que ha estado instaurada durante sus últimos años; no se ha impulsado nada para que se de, lo que dice el sociólogo Oscar Vargas, “la implosión social”, esta no se ha logrado concretar porque no existe una garantía o al menos una apertura ni una salida de forma concreta que apoye a estas personas que todavía están dentro de las filas del partido es una situación de miedo no tanto por una fanaticada.
¿En 2021 habrán garantes y/o visores internacionales durante el proceso electoral?
Eso va en dependencia de como esté consolidada la Noalición Nacional, desde mi percepción, mientras tengas plataformas políticas que han estado con el partido de Ortega y Murillo, es demasiado difícil tener una visión y una proyección totalmente efectiva, al menos Ortega no va a permitir que se dé una reforma electoral integral, donde vaya a desfavorecer al partido de gobierno porque obviamente siempre está dentro de ese pensamiento maquiavélico del poder, del dinero e inclusive dentro de ese imaginario totalmente macabro de ser el enviado por Dios para tratar de transformar a Nicaragua.
Entonces es demasiado difícil y es un panorama totalmente no beneficioso para la oposición, para la Coalición Nacional cuando tenés a los caballos de Troya dentro de la oposición y es posible, al menos que aquellos grupos como los jóvenes traten de mantener esas resistencias y pensar al menos en críticas que son constructivas y siempre permanecer porque de eso se trata la democracia, tratar de tener un balance en relación con las ideas, pero no solo una instrumentalización de esos grupos, como todos estos de los campesinos u otros grupos en condiciones de vulnerabilidad, únicamente para proyectarse.
¿Qué lectura deja ante la comunidad internacional que las organizaciones opositoras vivan en desacuerdo constante y no lleguen a un consenso?
Ahí tenés también algunas organizaciones que no están dentro de la Coalición Nacional que están en el exilio y están pidiendo otro tipo de salidas al régimen de Ortega, desde el poder del arma y el poder de utilizar a la comunidad internacional o a los ejércitos de la comunidad internacional para poder intervenir en Nicaragua; pero yo creo que algunos procesos dentro de comunicación política son obviamente manejables, es decir, siempre vas a tener en un sistema político democrático alguna inconsistencia, pero si hay más panoramas o maniobras tácticas que obviamente no deben permitirse y en relación con el manejo o la dirección que está tomando interfiere con el posicionamiento de los estados y los organismos multilaterales en relación con las resoluciones y las declaraciones.
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También hay que tomar en cuenta la oportunidad que se tiene con la documentación, el informe de la Coalición Nacional para sustentar alguna de las declaraciones y resoluciones que emiten los Estados y organismos multilaterales en relación con la situación de Nicaragua, ahí tenés como un salvavidas de diálogo ante la realidad que está teniendo en la Coalición Nacional, pero que obviamente pueden interferir esas inconsistencias y esa operación que están dando a un nivel de cualificación en relación con el potencial del conocimiento; el reconocimiento del gobierno por parte de los Estados hacia la oposición, hacia la Coalición Nacional viene dentro de las elecciones por más que sean viciadas, no tenés la oportunidad si no hay una consolidación, si no hay una estructuración, si no hay una democracia interna para que te puedan reconocer como gobierno.
¿Como analizas que las organizaciones juveniles y estudiantiles hayan perdido el norte de su lucha inicial?
Hay que destacar que al menos dentro de los panoramas que hemos tenido durante estos últimos años en Nicaragua, han sido aquellas prácticas en relación con ese grupo de autoritarismo porque democracia es sólo dentro de la burbuja de los partidos políticos o los muy sociales; la democracia tampoco es un minuto, es decir, sólo en la urna para voto. La democracia puede resistir y persistir cuando la misma ciudadanía trata de incidir en estos procesos políticos trascendentales para poder construir la calidad democrática en la situación actual.
Creo que tenemos un hito importante, antes los analistas profesionales siempre decían que no había participación de las juventudes en la política, el problema es que si había una participación, pero que estaba dispersa, estaba disgregada, es decir, en cada una de sus agendas.
Si yo soy un joven ambientalista, solo me voy a mover en ese ámbito, si soy un joven rural, me voy a mover sólo en lo rural y esto incidía mucho al momento de construir agendas sociopolíticas y de derechos humanos, en donde necesitas plataformas sociales y políticas que tengan esa perspectiva de innovación ante retos que obviamente necesitan agilidad.
En ese sentido pasaron de forma muy brusca de una agenda que no está bastante consolidada de autonomía universitaria, a una agenda nacional y cuando vos no tenés una consolidación o una internalización cómo entidad o como joven universitario ¿en realidad está defendiendo la autonomía universitaria en lo nacional?, se te va a debilitar toda esa estructura; si hay que mencionar que hay algunos jóvenes que se han dado a la tarea -de forma individual- de tratar de fusionarlo.
Hay una visión súper parcial de comunicación política en relación con tu agenda como juventud, es decir no sólo se trata ese discurso autonomista de apoyar a las juventudes, de que vamos a marcar también lo nacional cuando ni siquiera tenés una buena fundamentación.
Por ejemplo, reconocer o conocer el debilitamiento y la desactualización del movimiento de juventud a nivel regional de posicionar la convención iberoamericana, es una táctica, una actividad y una proyección de alto impacto y de acción.
Como un joven exiliado, ¿Qué lectura te deja que haya personajes en la oposición que hagan comentarios referentes a que los jóvenes no saben nada?
Creo que hay muchos desafíos a nivel de exilio, es demasiado difícil posicionarse cuando existen esos mismos grupos que no están teniendo una línea o no están acorde con una línea ya de salida del régimen de Ortega y Murillo, creo que es la misma situación de Nicaragua actualmente y de cara al 2021, es decir que deba callarme, que no deba permitir esas críticas constructivas y que no tengamos esos filtros de la misma democracia, porque esta unidad en la diversidad no quiere decir que no tengas filtros de mecanismos de democracia interna.
Es decir, no podes permitir ir en esas mismas prácticas que al final son como parásitos, que poco a poco te están comiendo cuando el verdadero sentido de abril el verdadero sentido de la lucha de abril y de la juventud es el tema político, social y económico para transformar y obtener una verdadera transformación sociopolítica socioeconómica y sociomental.