“Hay desconfianza de la justicia”: comunidad responde con furia al femicidio de Sarai en Chinandega

La población del sector El Naranjo, en el municipio de El Viejo, Chinandega, intentó tomar la justicia por sus propias manos tras ser testigos del femicidio de Sarai Mejía Salmerón, de 30 años, asesinada por su pareja la noche del 11 de mayo de 2025.
Indignados, los vecinos enfrentaron al agresor, Héctor José Rivera, quien fue trasladado al hospital tras ser golpeado por la multitud.
“Hay desconfianza de la justicia por esas políticas que después de enjuiciado pasan por un proceso y que, el agresor no cumple ni la tercera parte de su condena, luego son beneficiados por la mal llamada convivencia familiar”, dijo a La Lupa una defensora de derechos de las mujeres perteneciente al organismo Católicas por el Derecho a Decidir.
Según medios locales, hubo una discusión previa entre Mejía Salmeron y su agresor, quien era su pareja. Los años de silencio, soportando la violencia, control, violencia verbal, humillaciones, desprecios, desvalorización acabaron con la vida de Mejía Salmerón, quien recibió un disparo.
La mujer —que dejó en la orfandad a dos menores de edad—, falleció instantes después de ingresar al hospital Mauricio Abdalah de Chinandega.
Rivera, según testigos, trató de quitarse la vida de un disparo, pero los vecinos lo golpearon para capturarlo. El agresor permanece en condición estable y bajo vigilancia policial en el mismo hospital donde falleció la joven madre.
Además: El femicida desconocido no existe
Para la defensora de derechos de las mujeres ante este hecho surgen varias interrogantes: “¿qué lleva a una comunidad a tomarse la justicia por sus propias manos? ¿Qué están haciendo en las Comisarías de la Mujer?”.
“Esas son situaciones que hacen que la gente tome justicia con sus propias manos, porque creen que el día de mañana este (el femicida) va a salir como los otros. No nos asusta, porque es un fenómeno que está ocurriendo de que los mandan a convivencia familiar con el pretexto de beneficiarlos por su supuesto buen comportamiento”, advierte la defensora.
La Lupa y Despacho 505 construyeron una base de datos de 360 crímenes contra mujeres cometidos entre 2018 y 2024, que pone al descubierto la estrategia deliberada del régimen para silenciar y encubrir la violencia de género. En 71 de los casos (19,17%) la Policía ni siquiera identificó a los agresores.
El femicidio se considera la forma más extrema de violencia contra la mujer y en Nicaragua, existe una gravísima falta de transparencia en la aplicación de la justicia que facilita beneficios a los responsables de la violencia machista.
También: Sobreviviente de violencia exije la detención y judicialización de su agresor
“No hay esa conciencia de género, no existe ese compromiso de las autoridades —subraya la defensora— porque hay más de 400 Comisarías de la Mujer, pero ¿dónde está el resultado si estamos llegando a más femicidios como cuando no existía una ley?”.
Lo ocurrido con Sarai no solo evidencia una tragedia personal, sino una falla colectiva del sistema que sigue sin garantizar a las mujeres el derecho más básico: vivir.
“Con este son 31 femicidios que, para nosotras, han sido crímenes de odio. Toda mujer asesinada en manos de un hombre es un femicidio porque es una mujer a la que le arrebatan la vida”, señala la defensora de derechos de las mujeres.
La defensora lamentó que las mujeres en el país continúan siendo foco de agresiones por cuestiones de género tanto en el ámbito público como privado.
“Somos las mujeres el blanco de estos agresores (…) existe mucha misoginia como resultado de esta cultura política y el hecho que los hombres nos ven como segunda categoría”, puntualizó.
Hallan a mujer muerta con quemaduras en su cuerpo
Otro caso ocurrió en la Región Autónoma del Caribe Sur donde encontraron sin vida a Marciana Murillo Flores. Su hija de 14 años halló el cuerpo, con quemaduras visibles, en un terreno de la comunidad Pajarating Central, en El Tortuguero, el sábado 10 de mayo de 2025, tras salir a buscarla al notar que no regresaba a casa.
La mujer, de 48 años, había salido sola al terreno donde se realizaban quemas para preparar la tierra. Fue encontrada en posición semifetal, con quemaduras en el costado y el abdomen. Con este caso, al 12 de mayo, se contabilizan 32 crímenes misóginos en el país.
Sus familiares alertaron a la Policía Orteguista, pero la ausencia de una versión oficial y el silencio institucional profundizan la impunidad y la violencia contra las mujeres en Nicaragua.