Femicidios en Panamá: Una violencia normalizada y con un nivel de saña abrumador
Entre enero y agosto pasado ocurrieron en el país centroamericano 31 casos, 21 tipificados como muertes violentas y 10 como femicidios,
Mujeres asesinadas por sus parejas o antiguos compañeros de 23 machetazos, 40 puñaladas o prendidas fuego frente a sus hijos. Son feminicidios ocurridos en los últimos años en Panamá que denotan una «naturalización» de la violencia hacia la mujer y que esta se ejerce cada vez con más saña, dijeron a EFE expertas.
Las cifras de homicidios de mujeres en Panamá son bajas si se comparan con otros países de la región. Entre enero y agosto pasado ocurrieron en el país centroamericano 31 casos, 21 tipificados como muertes violentas y 10 como femicidios, según las estadísticas del Ministerio Público.
Pero a juicio de Suky Yard, fundadora de la Fundación Vida Mujer, dedicada a la atención de víctimas de violencia de género, las de Panamá son cifras «preocupantes» para un país de solo 4,2 millones de habitantes.
Yard, abogada de profesión, y la psicóloga y consultora Eusebia Solís coincidieron en que la tipificación del feminicidio tiene debilidades que arrojan a muchos de estos casos a la estadística de muerte violenta.
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«¿Cómo es que el dato de femicidios bajó a partir de la entrada en vigor de la ley que lo tipifica (2013) y aumentó el de las muertes violentas, si no hay campañas de prevención contra el femicidio? ¿Por arte magia?», se preguntó Solís, especialista en estudio de la mujer y género.
Yard señaló que este debate sobre la tipificación del femicidio no busca crear «alarma, sino que verdaderamente se visualice el escenario» de esta problemática en Panamá.
Este «escenario» del feminicidio en Panamá «es exageradamente abrumador. Yo he estado ahí, he revisado carpetas, he visto cómo queda el cuerpo de una mujer cuando la asesinan de 40 puñaladas, todas en el pecho», afirmó Yard.
«Que tú sepas que a otra mujer la metieron dentro de un taxi con toda la premeditación y la incendiaron y fueron sus hijas las que trataron de apagarla. Que a la otra le dieron 23 machetazos y que la mamá de esa en un juicio oral te diga que lo último que le pudo decir a su hija fue ‘perdóname, no te pude defender’. O sea, eso es dantesco», resaltó.
Estos casos indican «la realidad, la saña y el odio que hay. Tenemos un problema de salud pública grave en materia de violencia doméstica, tenemos un problema grave en materia de prevención, para salvaguardar y proteger la vida de las mujeres, y lo más grave que tenemos es que, como país, no lo reconocemos», aseguró la abogada.
«Hay una naturalización de la violencia en un país como el nuestro, lo vemos en el aumento de denuncias de violencia doméstica. Para mí, el dato de feminicidio es la punta del iceberg de esas violencias», aseveró Solís, coincidiendo en esto con Yard.
Aún la sociedad panameña «puede ver un hecho violento pero no reacciona, no condena», una actitud que queda expuesta, por ejemplo cuando en el vecindario se sabe que un vecino le pega a su mujer, pero todas las mañanas lo saludan «como si nada».
«Tenemos una sociedad que cuando un hombre en la calle se mete con una menor, se comporta de forma lujuriosa, le dice piropos, no condena. Simplemente seguimos como si nada y luego nos extrañan los datos de violencia sexual hacia menores, que son la mayoría de las víctimas» de este delito en el país, agregó.
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Ambas expertas señalaron que la protección de las mujeres pasa por más y verdaderas políticas de Estado y recursos financieros para ponerlas en práctica, además de una educación integral que cambie la mentalidad de la sociedad.
«Algunas políticas públicas se han generado, como la Ley 82 para la prevención de la violencia, pero no tiene presupuesto que permite que esa ley permee y su objetivo se cumpla (…) La responsabilidad de tener una sociedad libre de violencia le compete al Estado, porque es el que tiene los recursos, las estructuras, el personal», para ello, dijo Solís.
EFE consultó al Ministerio Público y al Ministerio de la Mujer sobre esta problemática, pero no obtuvo respuesta.