Sarcástica y triunfalista, Murillo despotrica contra la oposición, canta victoria, pero revela la molestia del régimen por las sanciones internacionales que ven cada vez más cerca.

Rosario Murillo sumó comejenes, hongos y bacterias a los epítetos que desde abril de 2018 emplea para dirigirse con desprecio a sus opositores. Antes los ha llamado puchitos, puchos, vandálicos, terroristas, minúsculos, vampiros, chingastes y plagas.

En un discurso triunfalista y sarcástico, adornado con declaratorias de amor y paz, sin faltar las invocaciones divinas, la segunda al mando del régimen se reveló furibunda contra la oposición que mantiene acciones de denuncia internacional que llaman a frenar con sanciones las graves violaciones a los derechos humanos que se cometen en Nicaragua desde que estallaron las protestas. Para Murillo: “vendepatrias”.

“Desgraciadamente, los traidores son plagas, son comejenes, hongos bacterias que se reproducen, pero es más grande el alma de nuestros pueblos”, declaró a medios oficialistas luego de que Daniel Ortega amenazara con llevar a la Corte Penal Internacional a los líderes opositores, a quienes responsabiliza por las muertes, violencia y caos económico de los últimos 17 meses, pero que según organismos internacionales que dan seguimiento a la crisis son consecuencia de la represión estatal bajo las órdenes del líder sandinista.

“No es lo mismo ese insecto que el alma humana de coraje y grandeza… al comején la historia lo dejará atrás, pueden surgir otros, pero la grandeza nuestra es mayor”, sentenció Murillo al declararse “cada vez más fuertes, porque sabemos que estamos a la altura de las exigencias de la historia”.

Murillo no consiguió esconder que esa descarga de descalificativos obedece a que sienten cada vez más presión por las sanciones internacionales que más temprano que tarde se espera recaigan sobre el círculo de poder. Ella misma, su hijo Laureano Ortega, y  una decena de sus más leales funcionarios ya ingresaron a la lista de sancionados por Estados Unidos y Canadá.

“Es inconcebible que a estas alturas haya gente que pretenda envanecerse pidiendo que sometan a su pueblo como hace cien años, y se envanecen y sacan el pecho y se muestran orgullosos y desafiantes porque cree que pidiendo agresiones (sanciones) contra el pueblo nicaragüense van a ser reconocidos,  hoy o mañana, absurdo, este pueblo vencerá siempre”, se quejó.

“Si nos vamos a los libros de historia vemos que los apellidos son los mismos, los traidores son los mismos de hace cien años (risa sarcástica), yo decía: ‘no lo hurtan lo heredan’, pero si hurtan y heredan ese germen, ese gen traicionero y vendepatria”.

Volviendo a la queja por las sanciones, agregó: “Queremos vivir en paz… los traidores todavía apuntan sus dardos al corazón del pueblo, pero el pueblo no muere, el pueblo vence”

Hasta la fecha, se han impuesto sanciones que afectan exclusivamente a funcionarios de quienes se ha obtenido abundante evidencia sobre su responsabilidad en las graves violaciones a los derechos humanos registrados en Nicaragua.

“El amor es fuerte que el odio” repitió anoche Murillo, sin contener los mensajes de desprecio a quienes demandan una solución pacífica a la crisis, que contemple un llamado anticipado a las urnas y un saneamiento del aparato estatal y de seguridad, convertidos en instrumentos de represión y criminalización.

“Hay distintas maneras de pasar a la historia, una manera mediocre, mezquina, lastimosa, porque encontramos esos testimonios de amor y también encontramos esos rastreros pasos”, dijo tras asegurar que tiene la certeza que “los párrafos que describirán las circunstancias y los momentos que hemos vivido como pueblo en la historia de los 40  años de revolución y años recientes, van a ser retomados en el futuro  como ejemplo de la capacidad de lucha y de triunfo”, dijo tras prometer para seguir avanzando construyendo paz y bien, derechos para todos.

En un reciente informe sobre la situación de los derechos humanos en Nicaragua la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, hizo un contundente llamado de atención al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y lo instó a frenar las graves violaciones de derechos humanos que comete desde el 18 de abril de 2018.

“Los arrestos y detenciones arbitrarios continuaron siendo un medio de represión de la expresión de la disidencia, y persistieron los casos de torturas y malos tratos a personas privadas de libertad en relación con las protestas”, detalla el documento que ofrece a detalle el nivel crítico al que Ortega y Murillo han llevado al país.

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