Quizás desde que inició la crisis por la pandemia de COVID-19 los adultos mayores pensionados del país no estuvieron tan expuestos a posibles contagios del nuevo virus como este lunes, cuando tuvieron que estar aglomerados en filas larguísimas para poder cobrar su pensión en las diferentes delegaciones del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) de todo el país.
En Nicaragua, de acuerdo con el último anuario del INSS existen 216, 470 pensionados, muchos de ellos, ven en las escuálidas pensiones-en muchos casos no superan ni los ocho mil córdobas- los ingresos del mes, por lo que no pueden darse el lujo de no ir a cobrarlos, y mucho más, en la situación de incertidumbre que atraviesa el país respecto al verdadero impacto de la pandemia.
Los rostros con mascarillas de diversos colores, texturas y formas se podían observar en las delegaciones del INSS. El uso de estas son medidas de prevención de contagios de COVID-19; sin embargo, no procuraron respetar la distancia entre todos los asistentes; más de quinientas personas revueltas a espera de que su número suene por el micrófono. En una de las delegaciones de Managua, el lugar se abarrrotó de pensionados que estaban casi unidos en una fila donde nadie se quería mover para evitar perder el lugar.
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Pese a que los ancianos constituyen el grupo más vulnerable ante la pandemia del COVID-19, altamente contagiosa, ya que un caso confirmado puede infectar a dos o tres más, el INSS no se interesó por evitar que sucedieran estas aglomeraciones, a sabiendas que ya conocen la dinámica de los días de pago, que implica que cientos de personas se junten en espacios que se ven reducidos en cuestión de minutos, y favorezcan a hacinamientos momentáneos.
Los médicos han insistido en la importancia del distanciamiento social, como un método para frenar la curva de contagio del nuevo virus. Asimismo, han llamado a las familias a evitar que los adultos mayores salgan de la casa, puesto que las enfermedades como diabetes, hipertensión, problemas pulmonares, los vulnera aun más a los efectos que puede tener el virus en su ya debilitado organismo.
Las únicas medidas que complieron, a medias, los trabajadores del INSS fue medir la temperatura y facilitar alcohol gel a los pensionados. Médicos de diferentes especialidades, como el doctor Alejandro Lagos, han cuestionado las iniciativas de actividades que propician aglomeraciones, precisamente, porque contradice las orientaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para evitar que más personas resulten infectadas con el virus para el cual no hay una cura y afecta a cada cuerpo de diferente manera.
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Sin información del COVID-19
Aunque el mundo entero está pendiente de cómo afectará la pandemia a sus vidas, en Nicaragua, las trabajadores del INSS siguen sin informar adecuadamente a la población. Este lunes tampoco explicaron a los pensionados, aprovechando la afluencia de los adultos mayores, sobre la importancia de extremar las medidas de cuido.
Martha García tiene 69 años, lucía una mascarilla de flores rosadas, sobre una base rojo vino. Valora como positivas las medidas del lavado de manos, el uso de mascarillas cuando se necesita salir de casa, pero al preguntarle si había recibido alguna charla sobre la pandemia, dijo que no.
En los adultos mayore se percibió mucha seguridad en que en el país la situación de contagios por COVID-19 está controlada; que ese es el discurso oficialista. Sin embargo, epidemiólogos, han señalado que los hasta ahora diez casos confirmados no son sinónimo de contención de la pandemia, sino que esta sigue avanzando, y se espera una explosión de esta en las siguientes semanas.