La especialista en Derecho Constitucional y Ciencias Políticas, María Asunción Moreno Castillo fue recientemente incorporadaa la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) como integrante propietaria del pleno de esta organización.
Moreno Castillo, quien tiene una reconocida carrera académica con más de 20 años en la docencia, cree que su incorporación a esta organización opositora es parte de su “responsabilidad ciudadana” para contribuir en la creación de una nueva Nicaragua.
En entrevista con La Lupa, la catedrática universitaria considera que la única manera para lograr el cambio es la “salida electoral”.
¿Por qué acepta integrarse a la Alianza Cívica (AC) en un momento cuando la oposición se ha ganado tantas críticas por sus pugnas internas, y mientras miembros de esta misma organización han criticado la falta de honestidad y transparencia?
Creo que hay que asumir la responsabilidad ciudadana para contribuir en la creación de una Nicaragua mejor en la que todos los nicaragüenses, sin distinción alguna, podamos ejercer nuestros derechos y libertades fundamentales dentro de una sociedad democrática. Y desde mi punto de vista esto se puede hacer desde distintas plataformas organizadas, y la AC es la mejor de ellas, por ello he aceptado la invitación que se me hizo para ser miembro del pleno y desde este espacio dar mis aportes.
En cuanto a la oposición al estar compuesta por muchos grupos con diferentes intereses y liderazgos -nacionales, locales, sectoriales y políticos- es razonable que se generen grandes debates y hasta algunas pugnas, por eso creo que hay que construir consensos mínimos y establecer prioridades que permitan consolidar un “grupo opositor unido” que se convierta en la opción electoral creíble, confiable y aglutinadora para que se encargue de hacer el tránsito hacia la democracia, una vez obtenido el triunfo electoral.
Usted como experta en derecho constitucional ¿Qué tan posible considera alguna reforma de ley para permitirle a la Alianza Cívica ir a elecciones en una nueva casilla, pero además es posible confiarse de unas elecciones transparentes ante el antecedente del FSLN?
Yo soy una convencida de la «no violencia», por lo tanto, creo que la única salida cívica que tenemos a la crisis sociopolítica que vivimos en Nicaragua es la vía electoral.
En los últimos 40 años hemos tenido elecciones justas y transparentes y elecciones fraudulentas regidas por una normativa específica, de forma tal que no es el marco legal el que determina la transparencia electoral, sino la voluntad del órgano rector del proceso electoral, por lo que es necesario dotar a éste de independencia y de magistrados y funcionarios probos que respeten la voluntad del electorado al momento de contar los votos.
Además debemos exigir la celebración de elecciones con la observación electoral nacional e internacional, igualdad de participación, respeto al voto libre y secreto, entre otras condiciones como el pluralismo político, el restablecimiento de la vigencia de las libertades fundamentales y la liberación de los presos de conciencia.
¿Cómo avanzar en un país donde no se asoma una salida a la crisis sociopolítica?
Como lo estamos haciendo en la AC, y en general en la oposición, estamos planteando una salida electoral y ahora mismo tratando de consolidar un grupo opositor unido que le plante cara a la dictadura, y no habrá un avance significativo hasta que ese grupo opositor obtenga un triunfo electoral que permita hacer la transición a la Nicaragua que todos los demócratas queremos.
¿Qué se debe hacer en Nicaragua para lograr un verdadero proceso de justicia, reparación y no repetición? En especial cuando la historia nos ha mostrado, no solo en Nicaragua, sino en el mundo que los genocidas nunca pagan con cárcel.
Esto no es cierto, te lo digo con pleno conocimiento, hay ejemplos de juicios contra genocidas muy bien documentados en los que se alcanzó la justicia, los casos más emblemáticos son los juicios contra los oficiales y funcionarios nazis, más recientemente tenemos los casos de Rwanda, de Serbia y Pinochet.
Aquí mismo en Centroamérica está el caso de Efraín Ríos Montt en Guatemala, de forma tal que sí podemos aspirar a una verdadera justicia tanto en ámbito local como internacional.
Ahora bien, no cabe duda que para alcanzar justicia en el ámbito nacional es indispensable una reforma profunda al sistema de justicia, tanto a nivel institucional como de funcionarios, esta es una tarea pendiente desde hace mucho tiempo, por ello urge una reforma integral que garantice la independencia judicial e institucional. Solo un sistema de justicia sometido a la Constitución y las leyes, garantizará a las víctimas justicia, reparación y no repetición.
Como miembro del equipo consultor para la defensa legal de los presos políticos en la UDJ, ¿Ahora que está dentro de la Alianza cree que se puede desarrollar una estrategia más amplia para lograr la liberación de los presos de conciencia?
Claro que sí, al respecto, es necesario precisar que se ha logrado la excarcelación de más de 900 presos de conciencia mediante una estrategia política y jurídica exitosa, pero aún tenemos más de 100 presos políticos injustamente encarcelados, y no podemos olvidar que un solo preso político es demasiado y, por ello, hay que seguir exigiendo sin descanso la liberación de todos ellos, y erradicar de una sola vez esa práctica de encarcelar a quienes piensan diferente al gobernante de turno.
La AC a través de un comunicado celebró su inclusión a esta organización como un paso importante en el reconocimiento de la labor de las mujeres académicas, pero la representación de las mujeres ha sido mínimo y no ocupan cargos de poder ¿Qué opina?
Mi inclusión en la AC es el mejor ejemplo que las mujeres somos bienvenidas y bien valoradas, yo espero que la proporción de mujeres en la AC seguirá creciendo. Sin embargo, hago autocrítica e invito a muchas mujeres que tomen el desafío de participar en la política en general, y en la AC de forma particular.
En Nicaragua tampoco las mujeres ostentan poder en los cargos políticos. ¿Cuál debería ser el lugar de la mujer en los cargos políticos o públicos? ¿Por qué en Nicaragua a pesar de haber tenido una mujer presidenta, no logramos que las mujeres sobresalgan en la política?
Creo que no está en discusión nuestra capacidad para desempeñar un cargo público ya hemos tenido mujeres presidiendo en todos los poderes del Estado, y de forma más que notable.
Por lo tanto, en este punto lo único que me queda es hacer el llamado a que se inviten a mujeres a desempeñar estos cargos y reiterar el desafío a las mujeres a participar en la política pues no debemos olvidar que nadie nos da nada, que los espacios se ganan, y al ganarlo las mujeres debemos asumir nuestro rol.
En este mismo sentido las organizaciones de mujeres han sido críticas frente a los nuevos políticos que aun cuando hablan de una nueva Nicaragua guardan silencio sobre el incremento de los femicidios y todas las violaciones a los derechos de las mujeres. ¿Por qué cree que no se pronuncian?
Creo que el tema no es popular y no genera votos, por ello, no vemos a los políticos referirse a la violencia que sufrimos las mujeres con la frecuencia e interés que se debería, y por lo tanto, mientras haya un femicidio será necesario alzar la voz por aquellas mujeres a quienes se les ha callado con la muerte, y en este sentido las organizaciones de mujeres son la conciencia social y les toca llenar el vacío que la clase política ha dejado al respecto.
¿Es posible que en una nueva Nicaragua la participación de las mujeres sea más efectiva y no solo signifique un cumplimiento de cuotas?
Por supuesto que es posible, debemos pasar de la cuota a la igualdad de oportunidades, porque somos igualmente capaces.