Por segundo año consecutivo, el 2 de noviembre, día que se conmemora a los difuntos, el régimen Ortega-Murillo desplegó al cuerpo policial a su servicio, alrededor de iglesias y cementerios para tratar de impedir los rituales de recordación que tradicionalmente llevan a cabo las familias de las y los fallecidos.

En el extremo de la barbarie, algunos fanáticos defensores del régimen, mancharon y destrozaron tumbas de jóvenes asesinados por fuerzas policiales y paramilitares.

Foto tomada de internet con enlace a www.confidencial.com.ni

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