Periodistas latinoamericanos denunciaron en Europa la violencia que los regímenes dictatoriales de Nicaragua, Cuba y Venezuela siguen ejerciendo contra la libertad de expresión, ante el cierre de medios de comunicación, el encarcelamiento de periodistas, las amenaza, persecución y el exilio forzado ante la criminalización de la profesión.

Durante el XXVII Foro Eurolatinoamericano de Comunicación de la Fundación Carlos de Amberes en Madrid denominado Los Medios ¿Ejes del mal? quedó en evidencia que los dictadores Nicolás Maduro de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua, «utilizan la mismas formas de reprimir para silenciar» a las mujeres y hombres de prensa, que incluye la toma y confiscación de medios de comunicación, como ocurrió con La Prensa, Confidencial y 100% Noticias.

“En Venezuela 110 medios han dejado de circular desde que (Hugo) Chávez (llegó a la presidencia), 300 emisoras han pasado a manos del Estado. La presión por parte de personeros del Gobierno para la compra de los medios de comunicación como Globovision, la compra de la cadena Capriles, que tenía dos medios  importantes como diario El Mundo, que era un vespertino, y Últimas Noticias”, dijo Max Römer Pieretti, periodista venezolano y director de Comunicación de la Universidad Camilo José Cela.

“La compra forzada que tuvo que hacer la familia Mata del diario Universal, un diario que los domingos publicaba 144 páginas en tamaño estándar, y a diario tenía 4 cuerpos, internacional, política, nacional, deporte y cultura y sociedad”, agregó Römer.

Este escenario no está lejos de la realidad que vive Nicaragua donde el régimen de Ortega Murillo ha comprado, al menos cuatro canales de televisión nacional, y controla algunos locales, y al menos cinco radio emisoras nacionales para «tener controlado el panorama mediático del país» y hacer creer a la población un falso bienestar.

Otro método que han implementado los regímenes dictatoriales son los encarcelamientos para amedrentar e intimidar a  las mujeres y  hombres de prensa, tal es el caso del periodista deportivo de Nicaragua Miguel Mendoza, encarcelado por sus publicaciones en Twitter.

El exilio forzado ha sido una de las alternativas del gremio periodístico nicaragüense, ante el incremento de amenazas, hostigamiento y citaciones a la Fiscalía. Al menos, cien periodistas han abandonado Nicaragua desde 2018 cuando se incrementó la censura, el asedio y la persecución contra este gremio independiente considerado una «amenaza para el régimen».

También hay violencia de género

Los regímenes también se ensañan con las mujeres periodistas que han sido detenidas y obligadas a desnudarse para requisar sus cuerpos.

“Nos llevaron a una unidad militar de Guantánamo donde a las tres mujeres (detenidas) nos obligaron a quitarnos la ropa, una muchacha que tenía grandes los senos tuvo que levantar uno, y luego el otro, (te hacen) desnudarte, agacharte, toser, todo para que ellos constataran que no tenías introducido dentro de tú vagina ningún dispositivo que fuera riesgo para el gobierno. En esa experiencia ninguno de los seis hombres detenidos fue sometido a eso”, dijo Mónica Baró, periodista y escritora cubana, ganadora del Premio Gabo 2019 al revelar detalles de su detención mientras cubría el paso del Huracán Matthew en el 2016. 

“Si tú eres un periodista en Cuba te interrogan un día, te llevan a un punto donde tú no conoces y durante seis horas te pueden estar interrogando y recibiendo amenazas de todo tipo…Pueden arrestarte en tu vivienda, ponerte un cerco policial e impedirte salir, pueden presionar a tu familiar, tu pareja, tus amigos para que no se acerquen a tí, pueden incluso negarte la atención médica porque todos lo hospitales son controlados por el Estado”, agregó.

Este tipo de maltratos a mujeres ha sido replicado por el régimen de Ortega, que lleva casi 15 años atornillado al poder.

“Tambien dentro de los hombres hay diferencia. El 11 de julio (de este año) estabamos a frente al Instituto cubano de Radio y Televisión pidiendo15 minutos de derecho a replicas y nos lazaron a un camión de basura…pero a quien golpearon con ensañamiento fue a un joven activista por los derechos de la comunidad LGTB y que es abiertamente homosexual y cuando llegamos a la cárcel también lo golpearon”, manifestó Yunior García Aguilera, dramaturgo, fundador del movimiento Archipiélago en Cuba.

“En la celda nuestra había un niño de unos 16-17 años y con él era particularmente violentos. y cuando nos enfrentamos para tratar de defenderlo nos decían: ‘Ellos son los más peligrosos porque no lo piensan. Con ese sector (jovenes homosexuales)  en la cárcel en Cuba son muy violentos porque creen son los que tienen más posibilidades de revelarse”, comentó García.

Baró y García participaron en el conversatorio de la Fundación Carlos de Amberes con el título «Cuba: Achique de espacios críticos».

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