Murió tras ocultarse entre los matorrales mientras huía de su agresor

Tras la amenaza de que les iba a “dar con el machete a todos” —según acusación del Ministerio Público—, Jissel del Carmen Carbajal Guatemala decidió salir de la casa con sus cinco menores de edad y esconderse entre los matorrales.
Era la madrugada del 9 de noviembre y huían de su agresor identificado como Oscar Danilo Granados Herrera, quien horas antes había golpeado a la mujer.
Jissel permaneció oculta con los menores durante horas, temiendo que el acusado regresara. Pese a que su estado físico empeoraba, el miedo le impedía abandonar el escondite para pedir ayuda.
La escena fue descrita en detalle por el Ministerio Público durante la audiencia preliminar celebrada el 12 de noviembre en el Juzgado Distrito Penal Especializado en Violencia de Jinotega, donde se admitió la acusación contra Granados Herrera por el delito de femicidio.
De acuerdo con la acusación, el primer ataque ocurrió el 8 de noviembre, alrededor de las nueve de la mañana, dentro de la vivienda que compartían en la comunidad Amakita, en la microrregión de Ayapal.
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Jissel estaba con sus hijos menores, de entre uno y nueve años, cuando Granados Herrera comenzó una discusión y tomó una tranca de madera y la golpeó en el costado izquierdo del tórax. Las hijas mayores, de 13 y 10 años, la encontraron llorando y la mujer les confesó que había sido golpeada.
Granados Herrera, según el Ministerio Público, volvió a golpearla con el puño, provocando que cayera sentada en el suelo. Después abandonó la vivienda, pero regresó en la madrugada del día siguiente y machete en mano amenazó nuevamente a la víctima, quien decidió huir con sus hijos.
Ya escondida entre los matorrales, Jissel comenzó a vomitar sangre y a quejarse de un dolor intenso. A eso de las seis de la mañana, una vecina la encontró en ese estado, pero la mujer se negó a levantarse por miedo a que el agresor reapareciera.
A eso de las tres de la tarde, según la acusación, al ver la amenaza de lluvia, la vecina la trasladó a su casa, donde la recostó en una tabla. Debido a la gravedad de las lesiones, Jissel volvió a vomitar sangre y falleció alrededor de las cinco de la tarde del 9 de noviembre.
El Ministerio Público, quien se comprometió a presentar evidencias, atribuye la muerte a las lesiones internas provocadas por los golpes.
Granados Herrera compareció sin abogado privado y se le nombró una defensora de oficio durante la audiencia preliminar.
Tras escuchar a las partes, el juzgado admitió la acusación y ordenó la prisión preventiva. La autoridad judicial subrayó la gravedad del delito y la situación de vulnerabilidad de los hijos de la víctima, quienes quedaron en estado de orfandad y deberán ser atendidos y reubicados por el Ministerio de la Familia.
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La hija adolescente de 13 años, quien presenció parte de los hechos, será una de las testigos que declarará en este proceso. Su testimonio quedó programado para el 13 de noviembre. Los demás testigos —entre ellos la vecina que asistió a Jissel— fueron citados para el 17 de noviembre, ya que viven en una zona rural de difícil acceso.
La judicial citó para audiencia inicial el 21 de noviembre a las 9:35 de la mañana. El juzgado giró también oficios a la Policía orteguista y al Instituto de Medicina Legal para el traslado del acusado y la realización de las valoraciones físicas correspondientes.
